Es la extrañeza de esta cama vacía lo que me lleva esta noche a escribirte.
Palabras que quedaban retratadas en mi mente al estar mi oreja en tu espalda.
La sutileza en la que en la noche la luna se abre y yo me abro en ti.
Un colibrí aletea fuertemente sobre mi cabeza,
yo lo miro con grandeza esperando a que vuelva.
Al volver me trae astíos de mi cama,
de mi almohada que aún sigue vacía,
de esa noche donde mis sueños volaron.
Y yo le digo:
pajarillo vuela.
Un pájaro volando,
un día que no llega,
una sombra pegada a mi espalda.
Volaré tan alto como el pajarillo quería,
y reiré de todo aquello que hoy me lastima.
Una noche y todas quiero estar
con mi espalda pegada a tu espalda o a tu pecho
escuchando las historias que aún nos quedan por contar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario