Desde el pequeño rincón de mi mente, en donde mis sentimientos salen destilados en mareas turbias de corrientes sin sentido, van pasando, una tras otra; antiguas, contundentes, vibrantes...No queda ya rastro de humaredas porque parecen haber abandonado el retiro. Mi retiro. Quizá vaya más allá del porvenir del azar. Y pregunto; por qué estas corrientes que no me dejan respirar, que me obstruyen el pecho desde lo más hondo, por qué me veo arrastrada por la corriente, si hay ramas allá a lo lejos.
Nada parece tener sentido. Incluso yo misma, huyendo de algo perenne en mi, y es que es demasiado el torbellino de emociones que ululan.
Incontrolable.
Allá hay mareas que se desbordan y no dejan conciliar. Van a parar rompiendo contra las rocas, dejando tras de sí un transverso alarido apenas perceptible, apilando cada gota bajo el ruido de la marea, quedándo invariable en la memoria. Escupiéndolo todo.
Aquí también parece haberlas.
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