lunes, 13 de enero de 2020

Rojo y naranja

Esta frustración la he guardado en una caja que llevaré a Lisboa para mandarla con aquellos pájaros de ala blanca y de pico prominente.
Ahora la caja descansa en el cielo con rabia, se ha encargado de teñir el cielo de color rojo y naranja al quedarse media abierta, como aquellos días que hice de los miedos un fuego a los lados de mi cama.
Una flecha de palabras sinceras que busca una guerra tirana al viento.

El lugar de la muela

En un mundo cortado hay una muela perdida enganchada en el pico de una gaviota que oscila sinuosa al compás de su vuelo. En el cielo hace un efecto de luz destelleante, cuando se vislumbra se tiene costumbre pedir un deseo, que luego ascenderá a uno de los cráteres del lado oscuro de la luna para quedarse.
Ese mismo sitio donde el corazón se desborda y la razón no tiene lugar.

Carta de agradecimiento

De entre un millón de personas

Esta es una carta de agradecimiento a aquellas personas que me han ayudado a salir del abismo de la montaña lo sepan o no. A Díaz, por haber dado el paso por mí y enseñarme a través de sus ojos la verdadera bondad humana. Al Sr. Cabrera por no parar de caminar sin saber nunca a dónde ir, por perdernos en cada conversación a la vez que nos encontramos siempre en la misma esquina que hacía horas. A Castellano, por nunca juzgar y valorarme por encima de todas las cosas. A Delgado por darme una tranquilidad que ausentaba y a D. Marrero por darme siempre un motivo por el que luchar. 

domingo, 12 de enero de 2020

Escribir, siempre

Escribir para que no te corrompa el mundo de allá fuera,
para ser libre de pensamiento y acto.

¿qué es peor?

Qué es peor; ¿no haber tenido la suerte de o no valorarlo tanto como para pensarlo?