Una noche de agosto de 2016
Tus ojos,
Podía ver el miedo reflejado en tus ojos. Esas líneas oscuras en la inmensidad verde me lo decía.
Nuestras piernas quedaban entrelazadas bajo el vaivén de nuestra respiración y la del mar; una acción que ya casi hacemos por inercia.
Unos aleteos molestos nos rondaban incesantes, aunque no impedía que cambiara el ambiente mágico que se había creado.
Aunque oscilaba una fina capa de invisibilidad en ellos, llena de incertidumbre y de caos sin resolver. Más al fondo, detrás de esas pupilas rugía con fiereza un torbellino oscuro. Podía verlo, hasta sentirlo. Es curioso cómo dejamos que el miedo se apodere de nosotros.
Ese miedo a que desaparezcan tus ojos de mi mente. Cada minúscula expresión de tu rostro, cada vello, cada mota de oscuridad en tu iris.
Podía ver el miedo reflejado en tus ojos, tanto así que el mío propio también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario