domingo, 10 de marzo de 2024

Capítulo I

 Lo que he ganado de este viaje ha sido un estreñimiento severo y hacer un llama-cuelga a la parca en más ocasiones de las que me hubiera gustado contar. Es realmente alentador la señal de llamada que tienen en el más allá, es una versión extendida de "could you be loved" de Bob Marley, pero en su versión satánica. 

El caso, ya he vuelto a mi casa, ese lugar anodino en donde habitan otros seres que nada tienen que ver conmigo (aunque compartamos mismo grupo sanguíneo). Mi gata es la primera que me ha recibido. Ella siempre tan siamesa y tan rencorosa. De hecho, creo que rencorosa y siamesa son la misma palabra. 

Yo en parte, también soy siamesa, lo que sin ojos azules. 



Un trozo de Luna.

 Aullaba en la noche y la noche acallaba el eco del aullido.

Una luna que muestra solo una cara.

El aullido siempre llega a la cara que no se muestra.

Un corte discreto y recto parte un trozo de la luna.

Ese trozo me llega,

veloz directo a mis manos,

retumbando al aullido si volteo hacia la cara oculta.

Se mire por la cara que se mire.

sigue siendo ella misma.

 

El pez comprende.